El Estado de Guerrero, históricamente reconocido por sus destinos turísticos como Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco, atraviesa un periodo complejo en materia turística. A pesar de su vasta riqueza natural, cultural y gastronómica, los hechos de violencia, la inseguridad, el deterioro ambiental y la falta de planeación estratégica han impactado de manera directa el atractivo del estado como destino turístico.
Hechos de violencia e inseguridad
En los últimos años, Guerrero ha sido uno de los estados más golpeados por la violencia relacionada con el crimen organizado. En particular, Acapulco —que en décadas pasadas fue sinónimo de glamour y turismo internacional— ha sufrido un drástico descenso en la llegada de visitantes debido a altos índices de homicidios, extorsión y enfrentamientos armados. Aunque los turistas rara vez son el blanco directo, la percepción de inseguridad ha dañado gravemente la imagen del destino, reduciendo la confianza tanto de viajeros nacionales como internacionales.
Esfuerzos gubernamentales
El gobierno estatal y federal han implementado diversas estrategias para reactivar el turismo, incluyendo el refuerzo de la presencia de la Guardia Nacional en zonas clave, la promoción de eventos culturales y deportivos, y campañas de difusión para reposicionar a Guerrero como un destino seguro y atractivo. Sin embargo, muchas de estas acciones carecen de continuidad, coordinación interinstitucional y seguimiento. Además, la inversión en infraestructura turística sostenible y la mejora de los servicios públicos en zonas turísticas aún es insuficiente para competir con otros destinos del país.
Acciones y omisiones de la ciudadanía
La ciudadanía, por su parte, ha mostrado tanto aciertos como omisiones. Por un lado, existen comunidades organizadas que han impulsado proyectos de turismo comunitario y ecoturismo, rescatando tradiciones y promoviendo el cuidado de su entorno. Por otro lado, la falta de conciencia ambiental, la ocupación irregular de zonas costeras y forestales, así como la informalidad en los servicios turísticos, han contribuido al deterioro de los atractivos naturales y a la pérdida de competitividad del destino.
Cuidado del medio ambiente y turismo consumidor
El turismo masivo, mal regulado, ha tenido consecuencias negativas en el entorno. Playas contaminadas, sobreexplotación de recursos naturales, deforestación para desarrollos inmobiliarios y el incremento de residuos son problemas comunes. El turismo consumidor —ese que busca consumir rápido, barato y sin compromiso con el destino— también ha dejado huellas profundas. La falta de regulación ambiental efectiva y la poca educación ambiental de muchos visitantes y prestadores de servicios han agravado la situación ecológica.
Reflexión
El turismo en Guerrero no puede avanzar sin una transformación profunda basada en la seguridad, la sostenibilidad y la corresponsabilidad. Los actores del sector turístico —desde hoteleros, restauranteros y operadores turísticos hasta los propios turistas— deben asumir un rol activo en la regeneración del destino. Esto implica fomentar un turismo más consciente, respetuoso con el medio ambiente y comprometido con las comunidades locales. La belleza de Guerrero sigue ahí, esperando ser redescubierta con respeto y visión a largo plazo. Para quienes se dedican al turismo, este es el momento de dejar atrás el modelo depredador y apostar por un turismo que construya, no que destruya.