Por: Rosalba Ramírez
La tanatóloga Deyanora Soto Juan impartió un taller denominado «Te dejo ir, Otis» a un grupo de unas cuarenta personas que asistieron con la intención de desprenderse de las emociones que provocó el huracán Otis durante y posterior al desastre natural.
En la sala de la biblioteca pública 22 en el zócalo de Acapulco, las y los asistentes participaron en varios ejercicios para identificar, sentir, describir y soltar emociones como el miedo, odio, enojo, ira, depresión, desesperación, ansiedad, entre otras. Desde sus asientos con los ojos cerrados, meditaron, escucharon a los terapeutas, escribieron y dialogaron en grupos sobre lo que el huracán les hizo sentir.
El taller vivencial «Te dejo ir, Otis» en palabras de la licenciada en psicología, sirvió para despedirse no solo del huracán sino de lo que perdió en cuestiones materiales, pero también humanamente hablando.
Los participantes se desahogaron mediante el llanto, el abrazo propio y el del compañero de a lado. «Siendo acapulqueña puedo decir que lo viví desde afuera. Pasar 48 horas sin saber nada de mi familia, ha sido muy angustiante, muy frustrante ver la devastación total. Sin embargo, creo como profesional de vida es que siempre se debe obtener algo positivo de una situación negativa».
Consideró que los acapulqueños están en un proceso de duelo complejo, pero estimó que conforme pase el tiempo, avance la recuperación emocional de sus habitantes, sobre todo el aprendizaje.
La experta dijo que la salud mental debe cuidarse al igual que la salud física y que esta también es primordial al igual que comer o dormir.