Celestino Cesáreo Guzmán
Escribo estas líneas con la nostalgia de 16 años de tu ausencia, de tus enseñanzas, de los caminos recorridos y con la convicción de que tu ausencia, Armando Chavarría, no ha sido en vano.
Han pasado ya más de tres lustros desde aquella mañana en la que nos arrebataron tu voz, pero tu recuerdo sigue siendo brújula para quienes creemos que Guerrero merece un destino mejor.
Compartimos el sueño de un PRD cercano a la gente, comprometido con la democracia y con las causas populares. Aquí seguimos. Recuerdo tus palabras firmes en las reuniones: “ante ciertos hechos, no puedo ni debo quedarme callado”, decías. Tu serenidad en medio de la tormenta, tu capacidad para escuchar y decidir con claridad cuando otros vacilaban.
Eras, sin proponértelo, un líder natural, de esos que generan respeto no por la imposición, sino por la congruencia, la solidaridad, la fraternidad. Eras capaz de llorar ante el dolor ajeno.
Tu asesinato no solo fue un golpe a tu familia ni al partido: fue un mensaje para toda una generación que decidió apostar por la vía democrática en un estado donde la violencia suele imponerse.
Quizá buscaban que el miedo nos doblegara, que tu ausencia significara la derrota de nuestras causas. No lo lograron. Tus ideales se convirtieron en bandera y tu ejemplo en faro de luz.
Aprendí de ti que la política solo tiene sentido cuando se hace de cara a la gente y con el corazón puesto en la justicia. Esa enseñanza me acompaña y me impulsa a seguir insistiendo, incluso cuando la adversidad parece un muro infranqueable.
Líder, tu voz sigue presente en cada debate sobre la democracia, en cada reclamo de justicia y en cada guerrerense que se niega a resignarse. Porque tu vida y tu muerte nos recuerdan que la política no es un oficio menor, es un compromiso profundo con la dignidad de nuestro pueblo suriano.
Chavarría, este es un testimonio de gratitud y de lealtad. Porque mientras tengamos voz, seguiremos nombrándote, recordándote y luchando por lo que nos enseñaste a soñar. ¡Armando Chavarría, vive!
