Evelyn Salgado, la gobernadora que hace del territorio su agenda
Roberto Santos
En Guerrero, Evelyn Salgado Pineda ha logrado abrirse un lugar entre los liderazgos mejor valorados del país gracias a su trabajo de territorio visitando las regiones del estado.
Los números la colocan en el tercer lugar nacional de aprobación, de acuerdo a la reciente medición de GobernArte, correspondiente a noviembre de 2025, donde la mandataria guerrerense mantiene un respaldo del 67.3%.
Está cifra la ubica entre los tres ejecutivos estatales con mayor reconocimiento ciudadano.
Este porcentajes refleja una forma de gobernar que apuesta por la presencia directa y por la intervención en campo como principio básico de su administración.
Durante su gobierno, Salgado Pineda ha convertido la cercanía en una herramienta de gestión pública.
No es raro que donde antes se mandaban brigadas esporádicas, hoy la gobernadora aparece coordinando la atención y supervisión de programas de su administración.
Su estilo rompe con la lógica de la burocracia y coloca al gobierno en movimiento constante, desde las localidades más recónditas hasta las zonas urbanas con mayores complicaciones.
El impulso a políticas sociales ha sido otra de sus bases que explica la percepción ciudadana. La administración estatal ha insistido en que los beneficios lleguen sin intermediarios y con mecanismos de transparencia que permitan vigilar el destino del gasto público.
Este enfoque, sumado a la supervisión personal de muchas de las acciones, ha contribuido a fortalecer la confianza en un estado históricamente demandante y diverso.
En nuestro país las evaluaciones suelen cambiar de un mes a otro, por lo que sostener niveles altos de aprobación implica constancia.
Y si algo ha caracterizado a Evelyn Salgado es precisamente su empeño por llevar el gobierno allí donde las estadísticas pocas veces miran.
La ciudadanía exige funcionarios que salgan del escritorio, y el caso de Guerrero muestra que la proximidad no solo suma simpatías, sino que también transforma la forma en que se entiende el servicio público.
Por eso, más que ocupar un tercer lugar, la gobernadora ha conquistado algo más profundo: la idea de que un liderazgo puede construirse desde el territorio, con la gente y para la gente.
