Cali y Amalfi, dos lugares a pocas horas de distancia, fueron escenario de ataques que reavivaron la alarma en regiones donde operan disidencias de las FARC, el ELN y bandas heredadas del paramilitarismo. En Cali, una explosión con camión bomba en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez dejó varios fallecidos y decenas de heridos, complicando la seguridad en una de las áreas más afectadas por la violencia reciente. En Amalfi, un helicóptero de la Policía fue derribado durante labores de seguridad, dejando un número significativo de muertos y heridos entre las tropas.
Los ataques provocaron un balance provisional de al menos trece muertos y más de veinte heridos entre Cali y el Valle del Cauca y el Cauca, con un recrudecimiento de la violencia en esa región. Las autoridades informaron que la explosión en Cali coincidió con otros atentados en la zona, aumentando la preocupación por la presencia de grupos armados organizados en el suroeste del país. Se han señalado múltiples incidentes en el Valle del Cauca y en Cauca durante la misma jornada.
En Amalfi, el derribo del helicóptero ocurrió cuando la aeronave brindaba apoyo en operaciones de erradicación de cultivos de coca. Las autoridades indicaron que el acto fue perpetrado por grupos que operan en la región, entre ellos facciones de las antiguas FARC y el Clan del Golfo. El presidente ha anunciado medidas para catalogar como terroristas a estas organizaciones, buscando endurecer la respuesta estatal ante estas acciones.
Se insta a la ciudadanía a seguir las comunicaciones oficiales para obtener datos verificables y evitar la difusión de información no confirmada mientras las investigaciones avanzan.