La presidenta, que tiene previsto hablar con Trump el jueves, anuncia una gran movilización en el Zócalo para anunciar las represalias: “No hay motivo que dé razón a estas acciones”
Estados Unidos finalmente cumplió con la amenaza. El Gobierno de Claudia Sheinbaum ha anunciado este martes que responderá con “medidas arancelarias y no arancelarias” a partir del próximo domingo, tras la imposición de aranceles del 25% a sus productos a manos de Donald Trump. “Nadie gana con esta decisión“, ha afirmado la presidenta mexicana, en su conferencia de prensa de este martes. “No hay motivo que dé razón a estas acciones”, ha reclamado y ha dicho que seguirá buscando una salida negociada a las tensiones con Washington. La mandataria ha insistido en que el país tiene una economía fuerte y ha llamado a cerrar filas frente al castigo de Trump por el tráfico de fentanilo y la crisis migratoria. “Hago un llamado al pueblo de México a enfrentar juntos este desafío, a mantenernos con unidad”, ha agregado, al tiempo que ha convocado a una movilización en el Zócalo, la plaza principal del país, este domingo, para mostrar músculo y respaldo popular este mismo fin de semana. Sheinbaum ha adelantado que esta semana, probablemente el jueves, tendrá una llamada con Trump, en lo que supondrá un último intento para llegar a un acuerdo.
Sheinbaum ha lamentado que Estados Unidos tomara una decisión “unilateral”, pese a los resultados que su Gobierno puso sobre la mesa para evitar la guerra comercial. “Se desarrollaron acciones contundentes contra la delincuencia organizada y el tráfico de fentanilo, así como reuniones bilaterales de Seguridad y Comercio, que llegaron a acuerdos sustantivos de cooperación entre ambos países”, ha sostenido. La mandataria se ha plantado en la tribuna presidencial y ha leido un comunicado con el que busca ganar tiempo antes de concretar las represalias a Washington. En el texto, subraya que los aranceles van contra los acuerdos comerciales vigentes y califica el anuncio de la Casa Blanca sobre los aranceles como “ofensivo, difamatorio y sin sustento”. “No queremos entrar a una guerra comercial, eso solo afecta a la gente”, ha zanjado.
Canadá también ha sido blanco de un gravamen del 25%, mientras que los productos chinos, del 20%. “Esto va a afectar a ambos países, pero más a los estadounidenses por el aumento de precios al consumidor”, ha asegurado este martes la mandataria, que no ha detallado en que consisten las medidas arancelarias y no arancelarias. “Deberíamos hacer lo contrario, promover una mayor integración económica que nos permita competir con Asia”, ha expuesto. El Gobierno canadiense respondió con un impuesto espejo del 25%, que afectará 155.000 millones de dólares de bienes estadounidenses, mientras que Beijing anunció gravámenes de hasta el 15% a algunos productos agroalimentarios y restricciones de exportación contra 15 compañías de seguridad y defensa.