El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, afirmó que el Pentágono mantiene bajo estrecha vigilancia a los narcotraficantes que operan desde México y adelantó que se tomarán medidas contra ellos. “Tomaremos acción para defender al pueblo estadounidense”, aseguró, aunque evitó precisar si estas acciones implicarían operaciones militares directas. Ante la pregunta sobre el posible uso de tropas o drones en territorio mexicano, Hegseth aclaró: “No puedo revelar nada, pero no me refiero a que haya tropas estadounidenses en México. Eso no es lo que dije”.
El también ex presentador de Fox News se negó a ofrecer detalles sobre los planes de su departamento contra organizaciones criminales, catalogadas como terroristas por el expresidente Donald Trump. “Los estamos vigilando. Sabemos un poco más de lo que ellos creen. Hemos puesto mucha atención en vigilarlos, estamos enfocados y son nuestra prioridad por orden presidencial”, añadió. Sus declaraciones coincidieron con el anuncio del presidente de desplegar a la Guardia Nacional en Washington D.C., argumentando que la capital es “más insegura que Ciudad de México”.
En la misma jornada, el presidente estadounidense asumió el control de la policía local de la capital para arrestar a criminales y retirar a personas sin hogar de las calles. Hegseth destacó que trabajan con agencias federales para identificar a delincuentes “en todo el hemisferio oeste”, y reiteró que su gobierno no permitirá más tráfico de drogas, personas o violencia desde territorio mexicano. “Es inaceptable y el Departamento de Defensa se pondrá a trabajar”, sentenció.
La postura de Hegseth se produce en un contexto de creciente tensión por advertencias de funcionarios de seguridad. Steven Willoughby, del Departamento de Seguridad Nacional, alertó al Congreso el pasado 23 de julio que es “cuestión de tiempo” para que los cárteles mexicanos ataquen territorio estadounidense. Según indicó, desde agosto de 2024, facciones del Cártel de Sinaloa en guerra interna han intensificado ataques con drones cargados de explosivos improvisados, lo que incrementa el riesgo de que agentes de la ley o ciudadanos estadounidenses sean blanco en la frontera.