El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aclaró este lunes que la explosión registrada en Coahuayana, Michoacán, no corresponde a un coche bomba abandonado, sino a un vehículo ocupado por dos personas que ingresaron al lugar antes de detonar.
Durante la conferencia matutina, el funcionario subrayó que el caso fue atraído por la Fiscalía General de la República, que mantiene abiertas diversas líneas de investigación. Los peritajes en curso —que incluyen análisis de explosivos, química, genética y balística— buscan determinar con precisión cómo ocurrió el ataque.
Harfuch detalló que la agresión está vinculada a la disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos, grupos delictivos que operan en la región. Aclaró que no se trató de un ataque contra autodefensas, ni cumple los criterios legales para ser considerado terrorismo.
Sobre la estrategia federal, reiteró que el Plan Michoacán continuará reforzándose, sin caer en triunfalismos. “El hecho es grave y seguimos atendiendo la zona”, afirmó.

