
La Facultad de Química de la UNAM suspendió las clases presenciales a partir de mañana lunes 29 de septiembre, ante amenazas digitales contra integrantes de la comunidad realizadas a través de redes sociales y correo electrónico.
En un comunicado, firmado por el director de la Facultad, Carlos Amador Bedolla, se informó que presentarán las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General de la República (FGR).
«El día de hoy 28 de septiembre del presente fueron elaboradas actas de hechos y en breve será levantada una denuncia ante la Fiscalía General de la República para iniciar la investigación legal correspondiente ante amenazas digitales contra integrantes de la comunidad en redes sociales, (Facebook) y vía correo electrónico, a fin de que se investigue y localicé a los responsables.
«Asimismo, se ha entablado una comunicación constante con las autoridades de nuestra universidad, quienes están al tanto de la situación y colaboran estrechamente con la facultad para atender cualquier contingencia», manifestó.
En otro texto también difundido en redes sociales de la entidad académica, se solicitó a los estudiantes atender las instrucciones de los profesores para continuar con las actividades a distancia.
«Derivado de las recientes amenazas digitales, a través de redes sociales, Facebook y vía correo electrónico recibidas por distintas personas integrantes de nuestra comunidad, la Facultad de Química informa que (…) se tomarán clases teóricas y de laboratorio en línea en los horarios habituales, con el propósito de salvaguardar la seguridad de todos los integrantes de la Facultad.
«Se solicita al alumnado atender las instrucciones de sus profesores para continuar con las actividades a distancia», indicó la comunicación.
La Facultad de Química emitió una serie de recomendaciones generales a la comunidad universitaria para implementar en redes sociales, tales como:
Evitar aceptar solicitudes de desconocidos.
Pensar dos veces antes de escribir una publicación.
Comprobar la configuración de privacidad en cada una de las redes sociales y aplicaciones.
No responder ni interactuar con mensajes amenazantes.
Tomar capturas de pantalla con fecha hora y perfil del remitente.
Denunciar o reportar directamente de la publicación como discurso de odio, amenaza o incitación a la violencia en la misma red social que se trate, ya sea Instagram, Facebook o cualquier otra.
«Recuerda que estos agresores buscan visibilidad, mediática y digital y su objetivo es generar miedo social mediante tácticas en medios virtuales», indicó la Facultad.
