
Con los recientes cambios legales, los concesionarios de agua ya no podrán comercializarla o venderla, debiendo retornar el recurso a la CONAGUA. La única excepción es el agua de riego agrícola, considerada esencial para la producción de alimentos, que no paga derechos.
La presidenta aclaró que en México no existe una normativa de salud pública o ambiental que permita convertir aguas residuales en potable, aunque sí se contempla que el agua tratada pueda ser reutilizada bajo ciertas condiciones. Citó el caso de Tijuana, donde el crecimiento poblacional hace necesaria la revisión de recursos hídricos y posibles normas futuras sobre potabilización de aguas residuales.
