
La dinámica del mercado laboral en México presenta un panorama de contrastes, donde las cifras oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y las proyecciones del Banco de México (Banxico) ofrecen perspectivas marcadamente distintas. Mientras que el IMSS reporta cifras que, a pesar de un reciente declive, mantienen récords históricos de afiliaciones, Banxico emite una señal de alerta con sus pronósticos de una desaceleración significativa en la creación de puestos de trabajo. Esta discrepancia subraya la complejidad de interpretar los indicadores económicos y la necesidad de un análisis más profundo para comprender la salud real del empleo en el país.
La Perspectiva del IMSS: Récor de Afiliados y Desaceleración Mensual
Según el informe del IMSS, la generación de empleo en agosto de 2025 fue de 21,750 puestos, una cifra que, aunque representa una caída del 37.5% en comparación anual y es la más baja en dos décadas, no opaca el registro histórico de 22 millones 454,917 puestos de trabajo al cierre de agosto. Este récord refleja una base de empleo consolidada, con el 87.0% de los puestos siendo de carácter permanente. Además, la incorporación de 133,178 trabajadores de plataformas digitales —que cumplen con los lineamientos de la STPS— muestra un esfuerzo por formalizar nuevas modalidades de trabajo. A pesar de la desaceleración puntual, la creación acumulada en lo que va del año asciende a 216,538 puestos, lo que se traduce en un crecimiento del 1.0 por ciento. El IMSS parece enfocarse en la solidez a largo plazo y la formalización de la base de empleados.
La Proyección de Banxico: Una Visión Más Cautelosa y Preocupante
Por otro lado, el Banco de México adopta una postura más reservada y emite una advertencia sobre el futuro del empleo. Sus proyecciones para 2025 estiman una generación de empleo de solo 200,000 plazas laborales, lo que implicaría una caída del 13% con respecto al año anterior. La institución financiera central justifica esta previsión en el comportamiento esperado de la actividad económica y la debilidad en la creación de puestos de trabajo. Banxico enfatiza que, al excluir los 1.3 millones de plazas de trabajadores digitales incorporados en meses anteriores, la cifra real de nuevos empleos se ubicaría en un rango aún más bajo, entre 40,000 y 200,000. Esta distinción pone en tela de juicio la sostenibilidad de los récords del IMSS y sugiere que el crecimiento observado podría estar artificialmente inflado por la inclusión de estos nuevos segmentos de trabajadores, en lugar de ser un reflejo de una expansión económica robusta.
La divergencia entre ambas instituciones resalta la dualidad de la situación económica actual. Mientras que el IMSS presenta una fotografía del empleo formal que, a pesar de los desafíos, se mantiene en niveles altos, Banxico ofrece un pronóstico que advierte sobre una inminente desaceleración. La visión del IMSS es retrospectiva y se basa en datos concretos y consolidados, mientras que la de Banxico es prospectiva y se fundamenta en un análisis de las tendencias económicas subyacentes. La reconciliación de estas perspectivas será crucial para que los responsables de la política económica puedan tomar decisiones informadas, ya que el debate no es solo sobre el número de empleos, sino sobre la calidad y el futuro del mercado laboral mexicano en su conjunto.
