

Durante la conferencia matutina de este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre el volumen y las condiciones del suministro de combustible que México envía a Cuba, luego de que una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revelara que dicha ayuda se ha triplicado en los últimos meses, generando una presión financiera significativa sobre Petróleos Mexicanos (Pemex).
Un reportero pidió a la mandataria precisar cuánto combustible se está subsidiando a la isla y a cambio de qué, citando que Pemex, a través de su filial Gasolinas Bienestar, habría enviado entre mayo y agosto de este año 58 cargamentos de hidrocarburos, con un valor superior a 3,000 millones de dólares, equivalentes a más de 60 mil millones de pesos.
La Presidenta Sheinbaum respondió que la relación con Cuba forma parte de una política de “solidaridad y cooperación internacional” y aseguró que los envíos de petróleo no afectarán las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. “Tenemos una excelente relación con el gobierno estadounidense. México actúa de manera soberana y solidaria”, afirmó.
De acuerdo con los reportes de MCCI, los envíos incluyen petróleo crudo, gasolina, diésel y turbosina, y en algunos casos se realizaron utilizando el buque Sandino, sancionado por el Departamento del Tesoro de EE. UU. desde 2019. Los cargamentos salieron principalmente de los puertos de Coatzacoalcos (Veracruz) y Tampico (Tamaulipas).
La investigación señala que la filial Gasolinas Bienestar opera con márgenes mínimos: sus ventas apenas cubren los costos de producción, lo que implica que Pemex asume las pérdidas como parte del subsidio. En su primer año de operación, la empresa habría acumulado una deuda de más de 5,800 millones de pesos atribuida al combustible enviado a Cuba.
En total, la ayuda a la isla caribeña durante 2025 triplicaría los niveles registrados durante el sexenio anterior, cuando los envíos sumaron alrededor de 1,000 millones de dólares. MCCI advierte que los subsidios equivalen al presupuesto anual de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y cuadruplican los recursos destinados al Fondo de Infraestructura Educativa Básica.
Aunque el gobierno insiste en que se trata de un acto de cooperación humanitaria, especialistas advierten que el esquema carece de transparencia y sostenibilidad, en un momento en que Pemex enfrenta una crisis de liquidez y altos niveles de endeudamiento.
Hasta el momento, no se han publicado cifras oficiales sobre el volumen exacto de combustible subsidiado ni los mecanismos de compensación económica o comercial.
