Marcial Campuzano
A poco más de un mes de que Donald Trump rindió protesta como presidente de Estados Unidos de Norteamérica, en la frontera norte del país no se han observado deportaciones masivas de migrantes indocumentados con lo que ese tema ha sido sólo mediático, dijo la secretaria del Migrante y Asuntos Internacionales del gobierno del estado Silvia Rivera Carbajal.
Las cantidades de guerrerenses deportados por el gobierno de Estados Unidos en los últimos 35 días, son similares a las que había antes de la llegada de Donald Trump, indicó la funcionaria.
Con información oficial proporcionada por el Instituto Nacional de Migración (INM), en enero fueron deportados 1,164 migrantes guerrerenses, y a unas horas de que concluya febrero los repatriados guerrerenses no superan los 1,000, agregó Rivera Carbajal.
Por este motivo la secretaria del Migrante considera que el tema de la deportación de ilegales ha sido mediático, porque hasta ahora no se han visto repatriaciones masivas.
Es decir, no aumentaron considerablemente las deportaciones con la llegada de Donald Trump por segunda ocasión al gobierno de Estados Unidos de Norteamérica.
“Lo he dicho y lo vuelvo a manifestar: es más mediático el asunto porque el reporte que se tiene del Instituto Nacional de Migración es la misma cantidad, es el mismo flujo que se dio en meses anteriores, estoy hablando de meses antes de la toma de protesta del presidente de Estados Unidos”, explicó la secretaria del Migrante.
De acuerdo a los registros, el mayor número de deportados guerrerenses pertenecen a la región Centro con 195 repatriados; a la región Montaña corresponden 164; 122 son originarios de la Costa Chica; 108 de la región Norte; 36 de la Tierra Caliente; mientras que 33 son originarios de municipios que pertenecen a la zona de la Costa Grande.
No ocultó que hay miedo y zozobra entre los migrantes guerrerenses aún internados en la Unión Americana. En algunos casos los ilegales son apoyados por guerrerenses que tienen residencia, informó.
Como ejemplo citó a Chicago que es una ciudad catalogada como santuario para los migrantes, en donde los indocumentados viven con temor de ser deportados.
La política antimigrante del presidente Donald Trump, motivó a los migrantes indocumentados a poner más atención sobre su situación ilegal en el vecino país del norte, lo cual se observa en los consulados a donde están acudiendo para regularizar su situación en la Unión Americana, indicó.
