Brasilia, Brasil.— El Supremo Tribunal Federal (STF) condenó este jueves a Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión por tentativa de golpe de Estado y otros delitos relacionados, en una decisión histórica que marcaría un hito en la justicia brasileña al sancionar a un exjefe de Estado por golpismo. La condena se apoyó en pruebas de conspiraciones públicas y planes secretos que buscaban subvertir la democracia más grande de América Latina.
La Corte, con una votación mayoritaria de cuatro a uno, consideró probado que existió una conspiración para ignorar las elecciones y declarar el estado de sitio, así como un plan impreso que preveía asesinar al presidente electo, al vicepresidente y a un juez, mediante balas o veneno. Las pruebas recogidas durante la investigación apuntaban a una red de actores dentro y fuera del círculo de poder que buscaba desestabilizar la institucionalidad democrática.
Aunque Bolsonaro ha descartado las acusaciones y sostiene que se trata de una persecución política, la sentencia abre la posibilidad de apelaciones. Sus abogados pueden apelar ante el pleno del STF para impugnar ciertas contradicciones del proceso; si el fallo se mantiene, el exmandatario podría iniciar su cumplimiento de la condena, mientras persisten dudas sobre el lugar de su reclusión.
El STF deberá definir dónde permanecerá recluido el exmandatario una vez que la sentencia quede firme. Mientras tanto, la resolución intensifica el debate sobre el futuro del movimiento de extrema derecha en Brasil y su capacidad para influir en la arena política nacional, en un contexto de tensiones entre sectores conservadores y aliados internacionales.